El yoga no es lo que haces,
es cómo lo haces.
Y sobre todo… desde dónde.

Fermín Suárez – Instructor de Yoga en Marbella

No llegué al yoga por moda, ni por postureo, ni porque me sobrara tiempo. Llegué porque algo dentro de mí pedía silencio. Y lo encontré en el mat.

Nací en Cádiz y me hice en mil caminos. Empecé con 14 años en la meditación Zazen, y desde entonces no he dejado de buscar. El dolor, las pérdidas, los límites del cuerpo… fueron mis verdaderos maestros. No vine a contar cuentos, vine a mostrar lo que descubrí cuando se me cayeron todos.

Practiqué artes marciales, ballet clásico, fitness. Me metí en el mundo del yoga hasta la cocina: Iyengar, Sivananda, Ashtanga, Kundalini… y un largo etcétera que no cabe en esta página. ¿Por qué? Porque quería entenderlo todo. Porque no me valía con repetir formas. Porque sabía que dentro de cada respiración había una verdad más grande.

“Lo que me enseñó el dolor no está en los libros. Pero te lo puedo mostrar, si vienes con ganas de mirar.”

Este camino no ha sido recto, ni limpio, ni perfecto. Pero sí ha sido real. Y por eso sigo enseñando. Porque hay algo que todavía merece la pena compartirse: la presencia.

30 años de práctica, 20 enseñando

Porque no, no lo aprendí en YouTube…

Sí, hay mucho camino recorrido. Pero también hay papeles, sellos y certificaciones que avalan todo lo que he vivido. No porque sean lo más importante —porque no lo son—, sino porque a veces, para enseñar, también hay que hablarle al sistema.

Soy formador de profesores de yoga, avalado por Yoga Alliance (EE.UU.), reconocido por la Federación Española de Yoga, la European Yoga Federation y la FEDEFY. He formado a más de 300 profesores que hoy siguen compartiendo desde su verdad.

He estudiado alto rendimiento, acondicionamiento físico y nutrición deportiva. He dirigido más de 27 retiros y organizado festivales con miles de personas. Pero todo eso no te dice quién soy. Solo te da contexto.

“El yoga no lo aprendí para acumular títulos. Lo aprendí para sobrevivirme. Y por eso sigo enseñándolo.”
 

Certificación y Reconocimiento Internacional

Mi formación está avalada por organizaciones como Yoga Alliance (EE.UU.) y la asociación Fermín Suárez Yoga School (AFSYS) Todo eso está muy bien, pero lo importante es que esa base me permite enseñarte con claridad, seguridad y respeto por la práctica.

Comunicación con Propósito

Soy autor del libro “Actitud, siempre hay luz” y he sido ponente en congresos sobre yoga, conciencia y mente. No escribo para impresionar, sino para acompañarte también con la palabra.

Formación Integral del Cuerpo y la Energía

Cuento con un máster en alto rendimiento, nutrición deportiva y movimiento consciente. Esa mirada integral me permite adaptar la práctica de yoga a cada cuerpo, a cada momento.

Experiencia Real, no de manual

He facilitado más de 27 retiros en España, Marruecos e India. Lo que comparto no viene de un fin de semana intensivo, sino de más de 30 años sobre el mat, y fuera de él.

Un Método Vivo y Multidisciplinar

Mi enfoque fusiona elementos del yoga tradicional con el taichi, las artes marciales y hasta el ballet clásico. Porque el cuerpo no es lineal, y el aprendizaje tampoco. Aquí se mueve todo: cuerpo, mente y emoción.

El método no lo inventé.
Lo reconocí.

Lo llamo “mi método”, pero no porque sea una fórmula mágica o un secreto esotérico. Lo llamo así porque es el resultado de caminar con los pies descalzos por muchas sendas, equivocarme, volver, mirar hacia adentro y decidir que el yoga no podía reducirse a una coreografía bonita ni a repetir lo que otros dijeron antes que yo.

El Método FSYS nace de la necesidad de integrar cuerpo, mente y experiencia real. No es un estilo. Es una forma de estar presente, de moverte con intención, de escuchar tu respiración como quien afina un instrumento que nunca se termina de aprender. Aquí no vienes a imitar, vienes a comprender.

Está influenciado por todo lo que viví: artes marciales, ballet, meditación zazen, entrenamiento físico, y sobre todo, por más de tres décadas observando a personas moverse, romperse y volver a armarse. Por eso cada clase es distinta.

Porque tú también lo eres.

¿Quieres practicar conmigo?

Hoy, sin pose y con propósito

Aquí no venimos a impresionar.
Aquí no venimos a doblarnos más que el otro, ni a buscar la foto perfecta en la esterilla.

Venimos a escucharnos.
A parar. A sentir. A volver al cuerpo, cuando todo fuera de él parece ruido.

El yoga que proponemos no tiene filtros, ni exige flexibilidad para empezar.
Solo pide presencia. Solo pide verdad.

Porque no se trata de cómo te ves, sino de cómo te habitas.
No se trata de llegar a ninguna parte, sino de estar de verdad donde estás.

Este camino no busca mejorarte.
Busca que te reconozcas.

Y si estás aquí, tal vez es porque ya lo sabes.
Porque hay algo dentro de ti que, como nosotros,
ya está cansado de las poses sin propósito
y listo para una práctica con sentido.

Bienvenido. Este es tu espacio.
Nos vemos sobre el mat.